lunes, 17 de octubre de 2011

UN PUÑADO DE LETRAS EN UN POEMA

En este silencio hueco de insondable abismo que me presiona el pecho… busco por el cuarto, y solo encuentro sombras que golpean mis recuerdos. Un velo negro cubre mi alma,  y un manto de miedo arrastra mis sueños hacia un precipicio oscuro sin aire ni viento. Necesito soñar y no despertar, para buscarla en mis sueños incendiados, en las calles sin estrellas y en la canción que se repite me conmueve y me silencia. Esta angustia que me dejaste me duele más que nunca. Hoy mi estrella se apaga y va ganando la oscuridad. Lloro en silencio sobre el péndulo de la noche, no tengo nada más que sueños rotos… sueños que vienen y van entre las horas destartaladas de esta memoria inconsciente y frágil. Me miro al espejo, y el reflejo de mi mismo es un caos en el ojo del huracán. Y mi alma enferma de cariño rompe a llorar en un pozo de sentimientos. Las horas se pierden en mi moribunda mirada,  y el tacto de aquél cuerpo me parte el ánimo varado en mi recuerdo. Cuando la noche se haga día y mi esperanza se desvanezca en el aire, en el silencio de esta perdida habitación mis ojos se cerrarán y borrarán las huellas de mi vida.  y solo quedará un puñado de letras en un poema

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