sábado, 28 de enero de 2012

TIENE LOS BOLSILLOS LLENOS DE NOCHES VACÍAS



Tiene los bolsillos llenos de noches vacías, ya no tiene horizontes ni mañanas precisos, hasta el ayer se escondió en la fractura de una historia que acabó. Ya, no existen montañas que pueda conquistar, ni puertos a los que arribar. Los senderos que llevaban sus dedos por su espalda le indican que la tierra es tan pequeña sin caricias que en su piel pueda dibujar. No pretende destruir su castillo, solo desea cambiarlo, decorarlo de luces brillantes, de nuevas palabras, aislar el silencio y cambiar los sueños por alguna realidad, aunque sea una causa perdida. Mira sus manos, las mira ahora, y se pregunta si aún queda algún trozo de esperanza entre los dedos. Encontrar una ilusión que multiplique sus ganas por algo que lo convierta en coraje. Comenzar a comprender que un deseo no se convierte en realidad sin soñar. ¿Pero dónde guardar los sueños que no han sido? La vida va pasando, y todo sigue igual. Tropieza de nuevo una y otra vez… Perdió el amor sobre las huellas de la arena que el viento borró. Ya no le queda ni una estela de esperanza

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